sábado, 2 de mayo de 2020

Vida errónea



Ahora me doy cuenta del error que he cometido.
Toda una vida creyendo que hacía lo correcto. Toda una vida intentando no causar ningún problema, ayudando a todas aquellas personas que se cruzaron en mi camino, haciendo el bien, siempre lo correcto.
¿Y para qué? Para estar ahora en la fila equivocada con toda esta gente que, al igual que yo, siempre trataron de hacer lo que se supone que estaba bien.
Sólo hay que ver las caras de todos ellos para darse cuenta del error que hemos cometido.
Ahora que veo la eterna fila que tengo ante mí con cientos (quizás miles) de personas, mataría por poder pasarme a la otra fila, la de los malos (o debería decir la de los listos), la de esa gente que jamás se preocupó por los demás, que sólo pensó en su propio bien. Y reírme de los de mi fila, igual que se están riendo ellos ahora de mí.
No son más de diez o doce, ya van a entrar. Y nosotros aquí esperando en esta cola infinita.
¡¡A la mierda el Cielo!!
¡¡Quiero ir al Infierno!!

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