viernes, 1 de mayo de 2020

Déjalos que hablen



No les hagas caso Elsa. Déjalos que hablen.
Ellos no tienen ni idea de lo que sentimos nosotras. No se imaginan, ni por un momento, lo que significa nuestro amor.
Ojalá se dieran cuenta, pero no saben nada.
Ellos no saben que eres tú la que por las noches me susurra al oído esas tranquilizantes palabras que hacen que pueda descansar. Tampoco saben que eres tú la que por las mañanas me da ese empujoncito cariñoso para que pueda levantarme de cama. Y, por supuesto, tampoco saben que eres tú la que, cuando nos cruzamos con ellos y sus miradas, tiras de mi y haces que mire para otro lado.
Déjalos Elsa, déjalos que hablen.
Ojalá entendieran que nuestro amor es mucho más fuerte que todas esas palabras y comentarios que nos dirigen.
—Pobre mujer. No está bien —se les oye comentar.
Qué sabrán ellos cómo estoy. Qué sabrán ellos de nada.
Déjalos que hablen Elsa.
Muy pronto dejarán de hablar de ti y de mí. Y cuando por fin estemos juntas, ya no les escucharemos más. Que sigan hablando entonces, ya nada nos importará, porque estaremos juntas al fin.
Tú no te preocupes por mi Elsa. Esto ya se va a acabar. Sólo es un momento y todo habrá merecido la pena.
Espérame Elsa. Sólo son ocho pisos.

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