lunes, 4 de mayo de 2020

El día de la venganza



¿Os imagináis que un día el reino vegetal se revelase contra nosotros?
Si de repente dijesen “hasta aquí hemos llegado” y ya no permitiesen más todo ese aplastante dominio que le estamos infligiendo.
Qué nos harían todos esos árboles que plantamos en fila, uno detrás del otro, a la misma distancia, y que dejamos crecer hasta que consideramos que ha llegado su hora. Entonces los cortamos sin ninguna piedad solo para conseguir su preciada madera.
Y esas plantas que regamos haciéndolas crecer y engañándolas con mil cuidados, hasta que nos lo agradecen regalándonos una bella flor, que nosotros luego les cortamos sin ningún tipo de escrúpulo, para disfrutarla unos pocos días en un jarrón.
Y esas huertas que cuidamos también con tanto cariño hasta que nos dan sus frutos, y en ese momento ya solo nos importa arrebatárselos para alimentarnos.
Pero hay una especie vegetal con la que nuestra crueldad se ensaña sin medida. Y lo hacemos solo para nuestro propio disfrute visual, sin pensar ni por un solo instante en todo lo que ello supone. Me refiero a todos esos setos a los que manipulamos y manejamos a nuestro antojo, dándoles mil formas, estrangulándolos, mutilándolos.
No se me ocurre mayor atrocidad que se le pueda infligir a un ser vivo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario