sábado, 9 de mayo de 2020

La carta no leída



Esta es la última carta que te escribo. Y no por eso es una carta especial, que también. Lo es porque es una carta que nunca será leída.
Por eso, te preguntarás qué sentido tiene que te escriba si nunca la vas a leer. No sé… quizás tengas razón y no debería hacerlo, pero aquí me tienes frente a una hoja en blanco tratando de plasmar la angustia que siento ahora mismo y que no sé ni cómo expresar.
Yo, que siempre me he caracterizado por reflejar en papel lo que sentía en cada momento de nuestra vida. Te acuerdas cuando éramos unos niños e íbamos al colegio y te dejaba en tu mochila aquellos dibujos que había hecho durante el recreo, y que había pintado casi sin salirme nada. Eran para ti, tenía que esforzarme. O cuando te dejaba en el bolsillo de la chaqueta las primeras cartas de amor adolescente mientras pasábamos las tardes en la biblioteca. O todas esas mañanas que te has levantado con una de mis cartas sobre la mesilla de noche cuando yo ya me había ido a trabajar.
Jamás me costó ni la más mínima parte de lo que me está costando escribirte esta última carta. Pero tengo que hacerlo, necesito hablarte una última vez aunque ya no me escuches, aunque ya no me leas. Necesito que me perdones por no haber sido yo el que me levantara primero ese domingo. Yo tenía que haber sido el que cruzara esa calle. Pero tú insististe en ir a por el desayuno y yo egoístamente acepté. Cruzaste esa maldita calle y ahí se acabó todo. Sé que no lo viste venir, tú que eras tan precavida.
Por eso te escribo esta carta de despedida. Para decirte una última vez lo que has significado para mí y entregarte mi corazón. Un corazón que ya nunca volverá a amar como antes.
La carta más difícil de mi vida. La carta que nunca leerás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario