viernes, 24 de abril de 2020

Reflejos pasajeros


Su rostro se veía reflejado a través de la ventanilla. La oscuridad de la mañana y la luz del interior del vagón, hacían del cristal un espejo perfecto. Desde mi asiento, al otro lado del pasillo, podía ver como las lágrimas caían por sus mejillas dejando unos surcos verticales que acababan en la comisura de sus labios. Su mirada perdida en la negrura del exterior, reflejaba tristeza. Pero también angustia. Y esa angustia se estaba apoderando también de mí mientras la observaba e intentaba imaginarme el motivo o motivos que habían llevado a aquella chica a ese tren. Siempre nos es fácil pensar en males de amores, enfermedades, problemas familiares, laborales,… infinidad de causas se nos pueden pasar por la cabeza. Inconscientemente intentamos escudriñar los motivos que provocan la desgracia ajena. Al bajarme en mi parada, le eché una última mirada al reflejo del cristal. Ya no lloraba, pero su rostro seguía mostrando la misma tristeza y angustia de antes. Al día siguiente cuando subí de nuevo al tren, mi mente había olvidado por completo aquella chica.

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