domingo, 18 de octubre de 2020

La prima Pili

—¿Dónde estabas metido? ¡Llevamos una hora buscándote! —gritó mi madre mientras me tenía agarrado por el brazo.

—Estaba jugando en la piscina con Nico —contesté, aún a sabiendas que no resultaba para nada convincente.

—¿En la piscina? —levantó los ojos hacia el cielo y masculló algo ininteligible para sí misma—. ¡Pero si hemos pasado veinte veces por la piscina!

Soltó mi brazo y, sin que me diera tiempo a reaccionar, me agarró de la oreja y tiró de mí.

Pili observaba toda la escena desde la puerta de la cabaña. Mi madre al verla dijo:

—Ya podías aprender algo de tu prima. Lleva toda la tarde encerrada en la cabaña estudiando. Y tú por ahí, sin saber donde andas metido.

Al pasar junto a ella y ver su sonrisa, no pude evitar sonrojarme al recordar su cuerpo ahora ya vestido.

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